La construcción de esta instalación era una vieja reivindicación castreña dada la fuerte implantación popular de los deportes náuticos tienen en la localidad con la trainera “La Marinera” como estandarte. Tenía por objeto acoger las instalaciones necesarias para la práctica del remo, en sus modalidades de banco fijo y banco móvil, piragüismo y otras actividades deportivas relacionadas con la mar.
El edificio se encuentra situado en el puerto junto al conjunto monumental de la ciudad (Iglesia gótica de Santa María, ermita de Santa Ana, castillo-faro, puente medieval, puerto y casco antiguo) siendo, por tanto, una localización excepcional en uno de los conjuntos histórico-arquitectónicos más señalados de toda la costa cantábrica.