Esta vivienda, para un matrimonio y un hijo, partía de la premisa que se debía ordenar funcionalmente como dos viviendas independientes en dos niveles pero compartiendo el acceso y zonas comunes. De esta manera, la vivienda permitiría la convivencia de la familia pudiendo mantener a la vez cierta independencia entre sus miembros.
El entorno próximo de la parcela es el típico espacio de núcleo rural de Cantabria con parcelas ocupadas por edificación exenta de residencia unifamiliar dentro de un paraje natural arbolado de extraordinaria belleza.
La vivienda unifamiliar se dispone de forma aislada y centrada en la parcela adecuando su programa al perfil del terreno de tal forma que se favorece una relación directa interior-exterior en cada nivel. Esta disposición segregada de paquetes funcionales, con una vocación de autonomía entre ellos, tiene su expresión arquitectónica en la configuración volumétrica de la vivienda. Así, se proyectan piezas prismáticas estrictas que se disponen sobre el terreno como cajas apiladas generando espacios de diferente condición que intentan aprovechar al máximo los valores naturales de la parcela.
ARQUITECTOS:
MERCEDES COBO SANCHEZ
MARTA SOLARANA CADELO
JOSE IGNACIO VILLAMOR ELORDI
ARQUITECTO TÉCNICO:
JOSE ENRIQUE CACICEDO GÓMEZ
FOTOGRAFÍAS:
MARTA SOLARANA CADELO
